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martes, 16 de octubre de 2018

Barquitos de papel


 Barquitos de papel

Una tarde de lluvia, muy aburrida Luana, dibujaba y como no le salían los dibujitos, se enojaba y arrancaba las hojas. 
El abuelo que la observaba, fue agarrando las hojas y sin que la pequeña se diera cuenta, doblo el papel varias veces y puso sobre la mesa un barquito de papel.
Luana, se quedó impactada al verlo sobre su cuaderno.
Ella amaba los barcos y el mar. Uno de sus paseos favoritos era ir a visitar a su madrina. Siempre la llevaba al puerto, donde habían amarrados cantidad de veleros, yates, botes y hasta cruceros podía ver.
El abuelo parecía mago, siempre hacía algo nuevo, algún truco de magia que ella adoraba.
Esta no era magia, pero parecía. De una simple hojita de papel, rayada y medio arrugada, había hecho un barquito.
_ ¿Eres mago abuelo? ¿Cómo has hecho para crear un barquito tan rápido?
_ Ahhh… dijo el Sr… si quieres el abuelo te enseña la magia. Si prometes que ya no te enojarás, cada vez que algo no te sale.
_ Sii abuelito.. ¡Si, enséñame! Prometo…. Mmm bueno no se…es que me enoja mucho que no me sale lo que quiero dibujar.
_Hijita, enojándote no te saldrá mejor el dibujo. Hay que tener paciencia. Dibujas, borras y vuelves a dibujar.
Mira, a medida que crezcas, verás que las cosas no siempre salen bien a la primera. Pero no hay que enojarse ni ponerse mal, hay que seguir intentando, practicando. De un momento a otro, todo saldrá.
El abuelo comenzó a doblar otra hojita y Luana, tomó otra de las hojas arrancadas de su cuaderno y siguió los pasos del abuelo. Dobló su hojita como lo hacía el abuelo y en pocos minutos, había 3 barquitos sobre la mesa.
La niña pasó del enojo al entusiasmo. Y se imaginó, que bellos quedarían los barquitos si estuvieran coloridos.
Corrió a buscar sus crayones y comenzó a alisar lo más posible las hojas y a colorearlas.
Con más cuidado que nunca coloreó una a una todas las hojas.
Luego dobló una hoja e hizo otro barquito más. ¡Éste se veía tan hermoso!...
De pronto su carita entristeció nuevamente.
_ ¿Qué pasa mi amor? Preguntó el abuelo.
_Es que ellos nunca podrán navegar. Son de papel.
_Mi niña, el abuelo no es mago, pero te promete que cuando deje de llover, te mostrará algo.
La niña entusiasmada, volvió a sonreír y siguió pintando y haciendo barquitos.
Mientras seguía pintando se dio cuenta, que también parecían sombreritos de marinero.
Trajo unas muñecas y le ponían los barquitos en la cabeza.
Imaginando eran las marineritas de los barcos. Soñando con que cada uno de los barquitos llegaría a un destino diferente, y tendría una aventura distinta.
No solo armaron barcos sino inventaron historias para cada uno de ellos.
La abuela los observaba desde la cocina, mientras les preparaba un rico chocolate caliente.
Dejó de llover, el sol asomó tras una nube y hasta el arco iris llegó, para presenciar el gran truco que haría el abuelo.
_ ¡Luana, dejó de llover! Gritó la abuela desde la cocina.
_Abuelo… el truco, abuelo…
_Vamos afuera mi niña. Trae los barquitos.
Entre los dos llevaron los barquitos al jardín. Allí había grandes charcos y hasta un pequeño riachuelo corría a través de los canteros de la abuela.
_Mira Luana, dijo el abuelo, poniendo uno de los barquitos sobre el agua. Mira mi niña, nevega….se va solito en busca del mar.
Los ojitos de Luana brillaban casi más que el sol, que tímido, se escondía detrás de las nubes. Su boquita se abrió en un gran ohhhhhhh.
Los ojos del abuelo y la abuela también brillaban, pero contenían más que alegría, alguna lágrima se escapaba de sus ojos, recordando sus días de niñez.
La niña siguió poniendo en el agua, uno tras uno los barquitos.
Buen viaje, decían los tres a la vez, levantando sus manos y saludando.
Los barquitos apresurados corrían entre medio de los canteritos hasta desaparecer.
Cada vez que Luana encontraba en la escuela un papel arrugado, lo levantaba y con mucho cariño lo alisaba, para poder colorearlo y luego crear un barquito.
Los iba guardando en la estantería de su dormitorio y esperaba con mucha paciencia, que la lluvia llegara, para llevarlos a pasear.
Mónica Beneroso Salvano
Yeruti
Uruguay
Derechos reservado
imagen de la web
Les dejo un instructivo (por si no recuerdan) para armar barquitos de papel... imagino que cuando lean esto a sus peques, habrá que cultivar la paciencia y armar barquitos... jeje abrazos

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